Fuente: http://www.esperanzadiaxdia.com.ar/
¿Qué representa para un adolescente del último año de la escuela media y técnica “ser ingeniero”? ¿Desde qué perspectivas, subjetividades y visiones personales son vistas positiva o negativamente las carreras de ingeniería por las nuevas generaciones? Ésa fue la consigna central de una inédita investigación realizada en la UTN Santa Fe, que se propuso hacer una “disección” sociológica del imaginario de representaciones sociales en torno a las ingenierías con que llegan a la Facultad los potenciales ingresantes a esas carreras.
El proyecto de investigación -aún en curso- se denomina “Las representaciones sociales de los potenciales ingresantes a carreras de ingeniería en la UTN-FRSF: un estudio exploratorio”. Novedoso por su corte sociológico en un ámbito eminentemente técnico, se encuestaron 81 alumnos del último año del nivel medio, mayoritariamente de escuelas técnicas de Santa Fe y Entre Ríos, que visitaron la Facultad en 2011 y que son considerados posibles ingresantes a cursar una de las cinco ingenierías que se dictan en esa unidad académica.
Las conclusiones alcanzadas hasta ahora son: el 84 % de los adolescentes encuestados considera que ser ingeniero en la Argentina hoy es “un orgullo” y “una oportunidad”. Para el 75 % el título de ingeniero conlleva el atributo de ser “muy inteligente, estudioso y perseverante”. Para el 83,8 %, un ingeniero debe tener “capacidad de trabajo en equipo”. Otros atributos asociados son el emprendedorismo (51,8 %), la creatividad (59,3 %) y la ética (64,2 %).
La utilidad de la ingeniería (el “te sirve para algo”) también fue altamente ponderada como atributo por el 94,7 % de los consultados. El 91,3 % destacó el aprendizaje de conocimientos y el manejo de herramientas útiles, y el 81,1 % consideró que la ingeniería posibilita “aprender a pensar”. También, el 91,9 % consideró a estas disciplinas como algo “desafiante”.
Lo negativo
Pero hubo otros aspectos que fueron considerados como representaciones sociales negativas. Por ejemplo, apenas el 35,8 % de los adolescentes encuestados visualiza el “liderazgo” como una competencia propia del perfil de ingeniero. Y tras la pregunta “qué es lo peor de estudiar ingeniería”, el 48,1 % dijo que “te pasás el día estudiando”; el 22,7 % que “estás 10 años estudiando”; el 22,6 % calificó como negativo “estar rodeado de hombres”; el 14,3 % vio con malos ojos “tener poco contacto con las personas”, y el 13,6 % dijo que “se estudian muchas cosas que no sirven para nada”.
Estos últimos datos invitan a lecturas diversas. Primero, podría decirse que no hay conciencia consolidada de liderazgo en las nuevas generaciones de alumnos (una de las cualidades clave de un ingeniero para poder manejar grupos). También, que los potenciales ingresantes al comenzar una ingeniería lo hacen con la idea de que será muy sacrificado y desgastante el estudio y el cursado, y que les llevará una década recibirse. Esto podría explicar la baja matrícula en algunas ingenierías, y también la deserción en el 1er. año, fenómeno que cruza todo el sistema universitario argentino. La idea de “masculinidad predominante” se impone aun en la Facultad Tecnológica: las carreras de ingeniería siguen viéndose como “cosa de hombres”. También, estudiar una ingeniería implica -en la visión subjetiva de los adolescentes- pocas chances de hacer amigos (sólo 52,6 %, para una de las actividades más comunes de la etapa universitaria), tendencia que fomentaría la soledad y la introversión. Estas últimas representaciones no ayudan a comenzar una ingeniería ni a sostener su cursado.
Del proyecto
“El proyecto se ejecuta desde 2011 (continuará este año) y surgió ante la necesidad de ver por qué el número de ingresantes a Ingeniería Eléctrica era bajo. Quisimos analizar entonces cómo eran las representaciones adolescentes, qué piensan los chicos sobre el ser ingeniero, y en qué medida estas formas de ver la profesión pueden llegar a incidir en la matrículas de ingreso y en las deserciones en el primer año”, coincidieron en charla con El Litoral la Dra. Gloria Alzugaray (Giedi), directora del proyecto, y la Mg. Lucía Rodríguez Virasoro, psicopedagoga.
“Las representaciones sociales pueden definirse como visiones personales que son producto de construcciones colectivas, pues en ellas influyen el imaginario de la comunidad en la que se inserta cada adolescente, la enseñanza de los padres, trayectorias escolares, etc. Debimos indagar en ese campo donde intersectan la psicología y la sociología. Es el primer paso para sugerir correcciones a esas representaciones, que no siempre son acertadas”, dijo Virasoro.
“Lo que nos interesaba ver era cómo estas representaciones son una influencia tan grande en los adolescentes, y en qué punto pueden obstaculizar el ingreso y la permanencia en una carrera, fundamentalmente en el primer año. Con ello, ver qué competencias son necesarias estimular para lograr un buen rendimiento académico. Ahí situamos el foco”, completó Alzugaray.
Integrantes
Las integrantes del Proyecto de Investigación y Desarrollo (PID) en curso son la Dra. en Cs. Experimentales Gloria Alzugaray (directora); la Mg. Lucía Rodríguez Virasoro (Psicopedagoga); Lara Zingaretti (Lic. en Psicología) e Irene Steinmann (Ing. Eléctrica); todas, profesionales de la UTN Santa Fe.
Ahora, los docentes
El trabajo fue exploratorio y no se ha cerrado. Concluyó su primera etapa (de 2011) y proseguirá este 2013. Si bien abordó una muestra acotada de aspirantes encuestados y no da lugar para generalizaciones absolutas sobre el alumnado ingresante de la facultad regional, los datos obtenidos sólo marcan algunas pautas a tener en cuenta.
“Ahora, estamos tabulando la encuesta que hicimos en 2012, donde las preguntas fueron más abiertas (opinativas e interpretativas), pensadas para ampliar nuestro trabajo. En eso estamos. Tenemos pensado continuar la investigación en 2013, avanzando en el estudio de las representaciones que tienen los docentes de la facultad”, concluyeron las investigadoras.
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