Liderazgo: la hora de la neurociencia

La neurociencia está ganando terreno y convirtiéndose en un eje fundamental de las nuevas prácticas,  a partir de su capacidad de brindar una información vital sobre cómo funciona el cerebro y cómo podemos trabajar para mejorar nuestras decisiones.

 

 

Por su valioso aporte al conocimiento de cómo funciona el cerebro, la neurociencia ya forma parte de los programas de liderazgo, dando apoyo a las organizaciones a la hora de enfrentar los nuevos desafíos que impone esta etapa. El modelo i4 Neurolider otorga las herramientas necesarias para alcanzar las competencias que más valora el mercado: rendimiento, colaboración, innovación y agilidad.

La gestión del talento humano en las organizaciones atraviesa una etapa de constantes cambios e innovaciones. Al desenvolvernos en lo que se denomina un mundo VUCA (de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) el liderazgo se hace más difícil que nunca.

 

Los modelos comerciales tradicionales se desarman vertiginosamente. De este modo, tanto los líderes como el resto del personal deben ser capaces de identificar nuevos modos en los que pueden proporcionar valor a la empresa, creando formas innovadoras de pensar y desarrollando la agilidad para ofrecer su aporte en múltiples frentes y proyectos.

En ese proceso, son varias las disciplinas que confluyen. Entre ellas, la neurociencia está ganando terreno y convirtiéndose en un eje fundamental de las nuevas prácticas. Lo hace a partir de su capacidad de brindar una información vital sobre cómo funciona el cerebro y cómo podemos trabajar para mejorar nuestras decisiones, nuestra memoria, nuestras habilidades sociales y muchos otros factores que influyen en el desempeño laboral.

“¿Para qué sirve un modelo y por qué crear un modelo nuevo? La razón es bien simple: creo que las habilidades y competencias que hemos usado en el pasado para desempeñarnos en nuestros trabajos tienen que ser actualizadas”, explica Silvia Damiano, creadora del modelo i4 Neurolider de About My Brain Institute.

Este modelo se compone de 16 pilares que, si se desarrollan a nivel personal, tienen como resultado el logro de cuatro competencias organizacionales clave que buscan las empresas en todo el mundo: rendimiento, colaboración, innovación y agilidad.

Cuatro de esos 16 pilares comienzan con la letra i. De ahí nace el nombre i4. Ellos son la integración (entre los diferentes sistemas del cerebro y entre el cerebro y el cuerpo, para que funcionemos como un sistema óptimo), la inspiración, la imaginación y la intuición.

El proceso de transformación que propone este modelo consta de cuatro fases.

Fase 1. Consciencia biológica: aborda el aspecto educativo. Se centra en explorar cómo funcionan nuestros cerebros y cuerpos. Esta fase es crítica para ampliar el conocimiento de las personas y promover la creación de vías neurales en sus cerebros.

Fase 2. Recopilación de datos: consiste en encuestas de diagnóstico, evaluaciones y neuro-herramientas, que se combinan para ofrecer reacciones sobre el estado del cerebro y el cuerpo, habilidades, rasgos, actitudes y comportamientos. Esto aumenta la conciencia de las personas sobre cómo operan, actúan y sienten.

Fase 3. Creación aplicada: se establecen conversaciones de colaboración con diferentes grupos de personas para crear compromisos favorables al cerebro que sean relevantes para cada uno dentro de su realidad actual.

Fase 4. Incrustación y progreso: esa fase incluye la incorporación de los nuevos hábitos deseados y la supervisión de cómo se desarrollan las meta competencias a lo largo del tiempo. El resultado final: convertirse en un neuro líder.

Ese es, en síntesis, el camino que recorren quienes toman parte en los programas de certificación de About My Brain Institute, que en breve se dictarán en Argentina a través de Whalecom.

Es una oportunidad ideal para aquellos que comprendan la naturaleza de los cambios que atravesamos y se interesen en temas relacionados con el liderazgo, el funcionamiento del cerebro y la posibilidad de aprender conceptos y herramientas que puedan aplicarse con los clientes y en la propia organización.